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Las actividades comerciales chinas en América Latina han aumentado a un ritmo sin precedentes, impactando la Amazonía ecuatoriana. A través de Naciones Unidas, a esos países latinoamericanos se les otorgan procesos para abogar por el respeto de los derechos humanos, y cuando no lo son, se brinda una supervisión externa para orientar la reparación y el cumplimiento. Nuestro informe reciente, como miembros del Colectivo sobre Finanzas e Inversiones Chinas, Derechos Humanos y Medio Ambiente (CICDHA), en colaboración con el Servicio Internacional para los Derechos Humanos (ISHR), The Obligaciones extraterritoriales de derechos humanos de la República Popular China en relación con las actividades comerciales en América Latina, fue entregado al Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CESCR) de las Naciones Unidas (ONU), en Ginebra el pasado mes de febrero.
El informe documenta los impactos de las actividades corporativas chinas en 14 proyectos desarrollados en nueve países de América Latina: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela. El informe demuestra violaciones a los derechos de los pueblos indígenas, el derecho a la salud, un medio ambiente sano, agua, alimentación, vivienda, derechos laborales y varios derechos civiles y políticos, los cuales están protegidos por tratados, pactos y convenciones de la ONU. Además, el informe señala que “…China es uno de los mayores inversores de América Latina y tiene una enorme responsabilidad para evitar los efectos negativos de los proyectos en los que participan sus empresas o que son financiados por sus bancos”.
Como miembros de CICDHA, junto con representantes de las comunidades afectadas, ISHR y FIAN Internacional, participamos en la tercera evaluación de la República Popular China (RPC) por parte del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas (ONU), en Ginebra A través de este informe, solicitamos al CDESC recomendar que la República Popular China respete, proteja y cumpla con sus obligaciones extraterritoriales relacionadas con los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales contenidos en el Pacto DESC y otros instrumentos de la ONU que ha firmado y reconocido. Esta obligación incluye las actividades de empresas y bancos estatales y semiestatales chinos, así como los proyectos en los que participen en América Latina.