Movimiento Indígena Ecuatoriano logra victorias y pone fin al paro nacional | Amazon Watch
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Movimiento Indígena Ecuatoriano Asegura Victorias Económicas y de Justicia Climática, Poniendo Fin a Paro Nacional

30 de junio de 2022 | Sofía Jarrín Hidalgo | Ojo en el Amazonas

Crédito de la foto: Carlos Noriega/ Amazon Watch

El 13 de junio de 2022 se inició un Paro Nacional por parte de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (FENOCIN), el Consejo de Pueblos y Organizaciones Indígenas Evangélicas (FEINE), junto a organizaciones sociales y ambientales alineadas con el Movimiento Indígena.

Aunque muchos minimizaron las movilizaciones para referirse únicamente al aumento del costo del combustible, las protestas mantuvieron su impulso debido al aumento del costo de vida, que fue una de las causas fundamentales del movimiento. El pueblo de Ecuador ha enfrentado una inmensa pobreza y desempleo durante muchos meses. Durante 18 días, la protesta nacional buscó generar una acción de gobierno para atender la profunda crisis sistémica que atraviesa Ecuador, marcada por la falta de derechos económicos, políticos y culturales. Hoy, el movimiento indígena salió victorioso al asegurar los compromisos del presidente para abordar su realidad económica y ambiental.

En sus demandas, las comunidades indígenas buscaron la implementación de políticas para proteger el planeta y asegurar una transición justa y ecológica. Una de sus solicitudes clave fue la derogación de los Decretos 95 y 151, que tenían como objetivo promover el extractivismo en los territorios indígenas amazónicos. En agosto de 2021, la Confederación de Pueblos Indígenas Amazónicos del Ecuador (CONFENIAE) ya se había pronunciado en contra de implementar estos decretos; sin embargo, el presidente Lasso decidió no atender este llamado. Entre sus principales argumentos estaba que el gobierno no garantizó la protección y el respeto de su derecho a la consulta libre, previa e informada, y mucho menos los estándares de consentimiento internacionalmente respetados. 

A principios de esta semana, los líderes indígenas y el gobierno iniciaron un diálogo y negociaciones. Desde entonces han llegado a un acuerdo firmado que incluye el fin del Paro Nacional y el “estado de emergencia” declarado por el gobierno. Habrá derogación del Decreto Ejecutivo 95 que promueve expansión petrolera y gasífera y una reforma del Decreto Ejecutivo 151 que afecta al sector minero. Ambos decretos autorizaron al gobierno a expandir la frontera extractiva hacia territorios indígenas e importantes áreas forestales y de conservación. La reforma al decreto minero es particularmente notable porque establece que las actividades no pueden desarrollarse en áreas protegidas o territorios indígenas, en zonas de exclusión, zonas arqueológicas o áreas de protección de agua de conformidad con la ley, y garantiza el derecho a la consulta libre, previa e informada (no al consentimiento) tal como lo establecen los estándares dictados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el máximo tribunal del Ecuador. Los precios del combustible también se reducirán a una tasa fija, una victoria de la justicia económica que reconoce la crisis del costo de vida. Usarán los próximos 90 días para atender las demandas restantes a través de un comité técnico de trabajo.

Los acuerdos y futuras discusiones tienen su raíz en los diez puntos del movimiento indígena. Su agenda apunta a generar soluciones para combatir el deterioro sostenido de las condiciones de vida, la crisis del sistema educativo y de salud, los altos costos de alimentos y servicios esenciales, la ampliación de la frontera extractiva y la violación de los derechos colectivos de los pueblos indígenas. , entre otras demandas.

Lamentablemente, durante los 18 días que duró el Paro Nacional, la reacción del gobierno ecuatoriano fue excesivamente violenta y represiva, a pesar del derecho constitucionalmente protegido a resistir y protestar. La Alianza de Organizaciones de Derechos Humanos del Ecuador, de las cuales Amazon Watch es miembro, documentó 76 denuncias de violaciones de derechos humanos; seis muertos, 331 heridos y 152 manifestantes detenidos.

El primer intento de diálogo entre el gobierno y el movimiento indígena se llevó a cabo el 27 de junio. Las negociaciones quedaron entonces estancadas por un enfrentamiento ocurrido entre las fuerzas armadas y los manifestantes la noche del 28 de junio en la comunidad amazónica. Noviembre 18, ubicado en la provincia de Sucumbíos. Hubo varios heridos y la muerte de un soldado. A pesar de medios de comunicación Luego de confirmarse que los militares iniciaron el enfrentamiento armado contra los manifestantes, el gobierno de Lasso utilizó este hecho como justificación para romper unilateralmente el diálogo.

A medida que se desarrollaban los hechos del paro, nos seguía preocupando que el discurso nacional se centrara en desacreditar la movilización y difundir discursos de odio contra los manifestantes, a quienes llamaban “indios”, “vándalos” y “terroristas”. Además, tanto la viabilidad como las contradicciones de sus demandas han sido cuestionadas en numerosas ocasiones. Pero sus llamados gubernamentales y políticos no son diferentes a las demandas de cualquier clase trabajadora o grupo marginado en el contexto actual de inflación global y un costo de vida vertiginoso. Al igual que muchos de nosotros, las comunidades indígenas dependen del petróleo y el gas para el transporte, lo que no deslegitima sus demandas por el fin del petróleo. Todos vivimos bajo el sistema energético actual. Esto no tiene por qué estar en oposición a su demanda de una mejor economía y un gobierno que no dependa de los caprichos de la industria petrolera. Estamos unidos en nuestro llamado a una transición justa.

Ecuador también enfrenta una aguda crisis de pobreza y hambre generalizada, que fue ignorada por la actual administración presidencial. Debemos reconocer que actualmente el 29% de la población ecuatoriana vive en condiciones de pobreza y pobreza extrema, lo que significa que uno de cada tres ecuatorianos es pobre. Esta realidad es esta: el 59.1% de la población indígena se encuentra por debajo de la línea de pobreza.

La grave situación económica se ha agudizado bajo el gobierno de Guillermo Lasso. Previamente, el gobierno ecuatoriano, como parte de sus políticas de bienestar e igualdad social, asumió el valor diferencial de los precios de los combustibles frente al costo nominal del mercado internacional. Sin embargo, con la eliminación de este subsidio, se estableció un sistema de bandas de precios, lo que resultó en un aumento repentino del 40% en la gasolina. Con este aumento, el costo de vida también aumentó, particularmente en términos de alimentos y artículos de primera necesidad para el hogar. Esta decisión se convirtió en la gota que colmó el vaso.

En muchos sentidos, esta movilización social logró detener el “negocio como siempre” y hacer que la sociedad ecuatoriana reconociera el dolor y la carga que sienten las comunidades indígenas y los pobres. Ecuador necesita continuar el diálogo para resolver las demandas del movimiento indígena y la sociedad civil. Continuaremos nuestra solidaridad con quienes claman por un Ecuador más justo y democrático porque la selva amazónica depende de ello. Y hacemos un llamado a las instituciones internacionales de derechos humanos a mantenerse alerta en caso de que el gobierno nacional continúe estigmatizando la protesta social y no respete y proteja los derechos humanos. Se han perdido muchas vidas y las heridas están abiertas. Es hora de que el gobierno ecuatoriano cumpla con su acuerdo para garantizar la paz.

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