Emergencia Amazónica: Nueve medidas urgentes para garantizar justicia y protección efectiva a personas defensoras en Perú | Amazon Watch
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Emergencia Amazónica: Nueve medidas urgentes para garantizar justicia y protección efectiva a personas defensoras en Perú

Apu Quinto Inuma Alvarado es una víctima más de la violencia desatada en la Amazonía peruana

1 de diciembre de 2023 | Declaración


Amazon Watch, AIDESEP, Amnistía Internacional, Forest People's Programme y Rainforest Foundation US

Para obtener más información, ponte en contacto con:

Raphael Hoetmer, Director del Programa de la Amazonía Occidental, Amazon Watch: raphael@amazonwatch.org o +51 997934463
Ricardo Pérez, Asesor de Comunicaciones de Perú, Amazon Watch: rperez@amazonwatch.org o +51 943 992 012

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El terrible asesinato de Apu Quinto Inuma Alvarado, líder de la Comunidad Nativa Santa Rosillo de Yanayacu en la Región San Martín, el 29 de noviembre de 2023, suma una nueva víctima de la violencia desatada en la Amazonía peruana. Apu Quinto dedicó su vida a la protección de su territorio y la selva amazónica, para salvaguardar el futuro de su pueblo. Fue asesinado cuando regresaba de una reunión de defensores ambientales, donde volvió a presentar la situación actual de amenazas a su comunidad por parte de los actores de siempre: traficantes de tierras, narcotraficantes y madereros ilegales.

Este último asesinato de un defensor ambiental coincide con el inicio de la COP en Dubai, donde se discuten acciones urgentes ante la crisis climática, que nos está afectando directamente con temperaturas cada vez más altas y fenómenos naturales que amenazan la continuidad de la vida. en nuestro planeta. Preservar la Amazonía de los impactos del extractivismo corporativo y las economías ilegales es una de las acciones indispensables para hacer frente a la crisis que se avecina. Sin embargo, la Amazonía se ha convertido El lugar más peligroso del mundo para los defensores del medio ambiente., debido al creciente poder de actores criminales que controlan cada vez más esta parte del territorio nacional.

Ya son 31 defensores indígenas asesinados desde 2013 en Perú, según cifras de Aidesep. Las medidas adoptadas hasta la fecha por el Estado peruano y la cooperación internacional no están logrando reducir ni los ataques ni el ritmo de invasiones de actividades ilegales en territorios indígenas. Además, en los últimos meses hemos registrado una intensificación de llamadas intimidatorias e incidentes de seguimiento a defensores involucrados en casos emblemáticos en la búsqueda de justicia que se encuentran en la misma situación, viviendo en condiciones de riesgo; y miles de indígenas cuyas comunidades han sido invadidas, rodeadas o cooptadas. En ninguno de los casos anteriores se han implementado medidas de seguridad adecuadas y sostenidas.

Los mecanismos de investigación y juzgamiento de crímenes contra defensores ambientales son limitados, provocando que ningún caso de asesinato haya encontrado justicia efectiva. Precisamente por estos días, a casi una década del asesinato de Edwin Chota y otros 3 líderes de la Comunidad Saweto, sus familiares siguen buscando justicia, en un proceso judicial que ha tenido que reiniciarse desde cero, debido, entre otras cosas, a la sospechosa inoperancia de los fiscales a cargo del caso. Una situación similar ocurrió con Arbildo Meléndez, cuyo asesino confeso fue condenado por “homicidio culposo” con el aval del fiscal a cargo del caso en ese momento.  

En el país existe desde hace dos años un Mecanismo Intersectorial de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos, creado mediante Decreto Supremo 004-2021-JUS. El diseño de este Mecanismo asigna responsabilidades a nueve entidades estatales; si se cumple diligentemente, podría significar un avance significativo en términos de prevención, identificación de las causas de los principales riesgos, protección urgente de personas y comunidades en riesgo y lucha contra la impunidad.

Sin embargo, nada de esto se ha cumplido. Por el caso del asesinato del apu Inuma, hoy contamos con el pésame de cuatro ministerios miembros del Mecanismo que ofrecen “seguir trabajando juntos”. La realidad es que el Estado no ha asignado los recursos necesarios para que este organismo multisectorial cumpla sus objetivos y que el Ministerio del Interior no ha cumplido con sus obligaciones de coliderar el Mecanismo, ni siquiera lo ha asumido como una prioridad de sus sector. Además, en el caso específico de la comunidad de Santa Rosillo, los millones de dólares recaudados mediante la venta de créditos de carbono para financiar el Parque Nacional Cordillera Azul, que se superpone con su territorio ancestral, no han sido utilizados para financiar medidas de protección a los defensores ambientales. del pueblo Kichwa, que al igual que Quinto, son quienes realmente arriesgan sus vidas por la conservación de sus bosques.

El asesinato de Apu Quinto no puede quedar como “un caso más” que genera indignación y luego es olvidado. Por el contrario, es hora de asumir y declarar que la Amazonía está en emergencia, para hacer de la protección de las personas defensoras una prioridad nacional e internacional. Para proteger la vida de las personas defensoras amenazadas se requieren acciones de corto plazo y una estrategia más profunda, para que las medidas anunciadas salgan de la virtualidad y se traduzcan en acciones concretas para el Ministerio del Interior y todos los actores involucrados.

Como medidas inmediatas exigimos:

  1. Declaración pública con acciones urgentes para la protección de la Amazonía y sus defensores: Que el mecanismo multisectorial, avalado por el presidente del consejo de ministros, declare públicamente medidas concretas de emergencia para proteger a los defensores ambientales y enfrentar el avance de las economías criminales en la Amazonía.
  2. Reacción ante amenazas: El mecanismo de protección, en coordinación con las organizaciones indígenas afectadas, debería establecer una lista de territorios donde se deberían implementar planes inmediatos de seguridad.
  3. Atención al entorno amenazado: Protección a la familia del apu Inuma y cuidado a sus familiares, así como a los involucrados en el caso Saweto. También protección preventiva y colectiva de su comunidad y de todas las comunidades en riesgo.
  4. Seguridad territorial: Establecer una comisión de alto nivel para desbloquear procesos pendientes de titulación colectiva para comunidades y pueblos amenazados, mientras que los gobiernos regionales deberían acelerar sus esfuerzos de titulación comunitaria. El Estado también debe garantizar que la Resolución Ministerial 136-2022-MINAGRI, que permite la demarcación territorial de las Comunidades Nativas dentro de Áreas Naturales Protegidas, se implemente cumpliendo con sus obligaciones bajo el marco regulatorio nacional e internacional. 
  5. No más impunidad: Exigir un compromiso real del Poder Judicial y del Ministerio Público para dar atención prioritaria a los procesos que involucran violencia contra personas defensoras. Debe establecerse un sistema mediante el cual los fiscales y jueces rindan cuentas e sean investigados por sus acciones procesales en detrimento de los defensores.
  6. Capacidades y presupuesto: Dotar al mecanismo de capacidades reales y presupuesto para su implementación.
  7. Participación y diálogo con organizaciones indígenas: Crear un mecanismo de diálogo continuo y directo entre Aidesep y sus bases, con los diferentes actores involucrados en el mecanismo, para evaluar mensualmente la situación de violencia y amenazas contra personas defensoras.
  8. Revisar las políticas climáticas: Reestructurar todas las políticas de intervención estatal, proyectos oficiales de cooperación internacional y proyectos de la sociedad civil vinculados a la lucha contra la deforestación amazónica, priorizando acciones que garanticen la vida y protección de los territorios indígenas y la generación de oportunidades económicas para las comunidades en mayor riesgo. También se deben tomar medidas para asegurar que los fondos climáticos y de conservación lleguen directamente a los pueblos indígenas para que ellos mismos puedan gestionarlos, garantizando un modelo de conservación y desarrollo que cumpla con su derecho a la autodeterminación.
  9. Rediseñar las políticas estatales para combatir las actividades ilegales.: Las políticas existentes han fracasado. Los cultivos están aumentando exponencialmente a pesar de décadas de erradicación. La minería ilegal no ha sido controlada, la tala ilegal ha continuado y todas estas actividades ahora se fortalecen y articulan con el aval o la complicidad de las autoridades. Gran parte del fracaso es que estas políticas se diseñan sin incorporar la visión de los pueblos indígenas, incumpliendo abiertamente las obligaciones de consulta y participación a las que se ha comprometido el Estado peruano a través del Convenio 169-OIT.

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