En todo Brasil, la sociedad civil se está levantando contra el Proyecto de Ley 2.159/21, conocido como Proyecto de ley de devastación, una legislación peligrosa que desmantelaría las licencias ambientales, abriría la puerta a una destrucción industrial descontrolada y pondría en grave riesgo a las comunidades indígenas y tradicionales.
El martes 29 de julio, los movimientos sociales realizaron una poderosa vigilia frente al palacio presidencial en Brasilia, instando al presidente Lula a vetar totalmente el proyecto de ley aprobado recientemente por la Cámara de Diputados.
“Esta vigilia es una de las muchas acciones que se están llevando a cabo en todo el país. Queremos que el presidente escuche la demanda popular”, declaró Raissa Felippe, activista socioambiental del Instituto Arayara.
La movilización crece rápidamente. El miércoles 30 de julio, Amazon Watch publicó un poderoso mensaje en video del jefe Juma Xipaia, un líder indígena respetado mundialmente y protagonista de la galardonada película YANUNI.
“Nuestro futuro estará condenado si el presidente Lula no veta el Proyecto de Ley de Devastación”, advirtió.

Con la COP30 acercándose y Brasil bajo la mira mundial, hay mucho en juego. La Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña (COIAB) emitió una contundente declaración calificando el proyecto de ley como "un retroceso inaceptable" y una amenaza no solo para los derechos indígenas y el medio ambiente, sino también para la credibilidad de Brasil en el escenario internacional.
“Debemos mantenernos enfocados en proteger los territorios, los pueblos, los derechos y nuestro futuro”, declaró la COIAB. “Este veto no solo es necesario para nosotros, los pueblos indígenas, sino para toda la humanidad”.
El presidente Lula tiene hasta el 8 de agosto para emitir un veto total. La presión no hará más que aumentar.
Este es un momento decisivo para Brasil y para el planeta. La sociedad civil exige un liderazgo climático real y coherencia entre las promesas ambientales de Brasil y sus decisiones políticas.
El mensaje es claro: Lula, veta todo el proyecto de ley. El mundo está observando.





