El 6 de mayo, la Comisión Nacional Electoral de Ecuador (CNE) rechazó otras 239,342 firmas recolectadas por activistas ambientales en un intento por desencadenar un referéndum sobre el desarrollo petrolero planificado en el Parque Nacional Yasuní. En total, el CNE aprobó apenas 359,762 firmas, dejando a los activistas, conocidos como Yasunidos, muy por debajo de las 583,323, o el 5% del censo electoral, requeridos para realizar un referéndum.
Al descalificar dos tercios de las cerca de 800,000 firmas presentadas inicialmente, los funcionarios del CNE dijeron que encontraron suficientes nombres ficticios y firmas repetidas para considerar engañosa toda la iniciativa. Los Yasunido alegan algo similar, calificando de “fraude” el recuento del CNE; los activistas dicen que planean llevar el caso al tribunal administrativo de Ecuador y si eso falla, como esperan, a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Aunque nominalmente independiente, el CNE ha sufrido anteriormente acusaciones de parcialidad. En 2012, el organismo rechazó cientos de miles de firmas necesarias para registrar organizaciones políticas. A principios de este año fue acusado de no evitar que el presidente Rafael Correa hiciera campaña a favor del alcalde en ejercicio de Quito, Augusto Barrera, durante un "período de calma" justo antes de las elecciones locales.
La sospecha entre muchos es que el CNE ha cedido a los deseos del Sr. Correa, que quiere desarrollar un área del parque conocida como Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT). “El gobierno no podía correr el riesgo de que el tema llegara a la [etapa] de referéndum, que podría haber perdido”, dice Juan Carlos Donoso, un politólogo. Muchos activistas están furiosos por haber sido frustrados. La pregunta ahora es si pueden mantener el tema a la vista del público.





