Consciente de la situación actual que enfrentan nuestros pueblos, la Asociación Interétnica para el Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) - organización que defiende y promueve los derechos de los pueblos indígenas en la Amazonía peruana - expresa lo siguiente:
La concurrencia del proceso electoral, la divulgación de un informe de una empresa de monitoreo extranjera en Washington, y un nuevo derrame -que sufrió la zona ayer 4 de marzo de 2006- han revelado la difícil situación que enfrentan los machiguenga y otros pueblos indígenas y ha hecho que la prensa y el público cuestionen estas circunstancias. Esta reacción se debe más que a la conciencia de una gestión ambiental deficiente, una supervisión inadecuada y la irresponsabilidad de funcionarios de diversas instituciones creadas para monitorear el desarrollo del megaproyecto de gas CAMISEA. También es consecuencia de haber sido blanco de engaños por parte de la concesionaria.
Para evitar sanciones [tardías] descritas en el contrato de concesión, la empresa instaló el gasoducto de gas natural licuado (GNL) de manera desordenada e irresponsable, sin las debidas salvaguardas y claramente sin la supervisión o verificación de las agencias estatales pertinentes. Es posible llegar a estas conclusiones simplemente mediante la observación técnica de las sucesivas fallas del oleoducto. Sin embargo, debemos reiterar que previamente advertimos sobre los graves peligros que presenta la implementación de este proyecto. Está en juego el equilibrio ecológico, pero también principalmente la vida y la salud de los nanti, nahua, kugapakori, machiguenga y otros grupos indígenas. Nos preocupan no solo estas comunidades nativas, sino también los grupos que viven en aislamiento voluntario, un tercio de cuyo territorio está superpuesto por la concesión de gas de Camisea.
Estas situaciones se están desarrollando a medida que ingresamos al tercer milenio, cuando Perú, a través de la R. Legislativa 26253, ratificó y aprobó el Convenio No. 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas, Tribales y en Países Independientes. Durante el mismo período, las Naciones Unidas declararon y adoptaron el Segundo Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo para dirigir la atención efectiva a los desafíos relacionados y garantizar la participación indígena en los diversos niveles de toma de decisiones dentro de los Estados Partes. El 24 de noviembre de 2004, los Estados firmaron la Declaración de Brasil y los Estados asistentes firmaron acuerdos adicionales que concretan los derechos de los pueblos indígenas. Si bien todos estos acuerdos están llenos de buenas intenciones, aquí no se están aplicando y mucho menos son reconocidos por la mayoría de los funcionarios del Estado peruano. Esto se evidencia en la realidad actual de la política indígena, que carece de consulta y del Consentimiento Libre, Previo e Informado de los pueblos indígenas a las políticas, medidas legislativas y administrativas, programas o proyectos que los afecten.
Ante tales omisiones, indiferencia y descuido, los pueblos indígenas ya hemos perdido la confianza en la eficacia del sistema democrático. En muchos casos, ya hemos sido testigos de ataques directos contra los derechos colectivos indígenas en la imposición de redes “negociables” como concesiones sobre territorios indígenas ancestrales. Este es un problema generalizado a pesar de las severas sanciones decretadas por el gobierno actual.
El caso es que nuestros pueblos no creen que el sistema judicial nos ayude a resolver esta problemática. Por ejemplo, la empresa, que ha sido multada cuatro veces, todavía, hasta el día de hoy, no ha pagado, porque espera encontrar la artimaña legal necesaria para impugnar las multas y pasar de un lugar administrativo a los tribunales. Pese a ello, los órganos encargados de la materia ambiental no se han dignado a emitir denuncia, y mucho menos los magistrados del Ministerio Público, ni siquiera para prevenir el delito de causar daños ambientales reales o potenciales. La excepción es la Defensoría del Pueblo, que recientemente publicó un informe sobre los graves efectos sobre los derechos de los pueblos indígenas.
Ante esta situación, AIDESEP exige lo siguiente:
1. La suspensión inmediata del proyecto Camisea Gas (igualmente importante, debe intervenir el Control General de la República para verificar el cumplimiento de las funciones de OSINERG, INRENA, CONAM, DIGESA, DGAA del Ministerio de Energía y Minas, la CAMISEA DEFENSA, INDEPA y GTCI).
2. Que se realice una auditoría de todo el gasoducto y se anuncie la suspensión definitiva del proyecto de gas de Camisea.
3. Que, en consideración al grave incumplimiento de las disposiciones contractuales de la empresa, la falta de ética, el engaño y la sobrevaloración de materiales y gastos, se anule la concesión de Plus Petrol.
4. Que se modifique la Ley del Impuesto sobre la Energía para que las comunidades cuyos recursos naturales se extraen puedan gozar directamente de los beneficios resultantes.
5. Que el gobierno estipula que la aplicación de multas a las empresas que violen la ley ocurrirá dentro de un plazo determinado y la responsabilidad no se levantará si no hay un depósito efectivo de la cantidad total. Además, dichos montos serán entregados directamente a las comunidades afectadas.
A través de esta declaración la organización indígena AIDESEP reitera las conclusiones y demandas antes mencionadas a los organismos estatales nacionales, el BID, ONG del mundo y la prensa. Ha habido una falta de atención, reconocimiento y respeto a los derechos humanos colectivos de los pueblos indígenas, así como a la explotación estatal de los recursos naturales dentro de nuestros territorios ancestrales, territorios que poseíamos mucho antes de la colonización y formación del actual Estado nacional. A la luz de esto, declaramos nuestras tierras - los suelos y subsuelos - tal como se definen en los acuerdos internos realizados durante el XX Congreso Nacional de AIDESEP y la Segunda Cumbre Continental de los pueblos indígenas ABYA YALA y otros, como siempre lo han sido: imprescriptibles, inalienable, indiscutible e inexpropiable.
Cordialmente,
Consejo de Liderazgo de AIDESEP





