La energética federal brasileña Petrobras inició su campaña pública para defender la construcción de gasoductos en el Amazonas, según la prensa local.
Brasil se enfrenta al dilema de aceptar algún daño al medio ambiente en nombre del desarrollo y el progreso.
Petrobras quiere construir dos grandes gasoductos en el Amazonas, conectando los campos de gas de Urucu con Manaus, capital del estado de Amazonas, y Porto Velho, capital del estado de Rondonia. La empresa afirma que minimizará el impacto medioambiental.
Petrobras espera recibir la licencia ambiental para el gasoducto Porto Velho hacia fines de año. Ibama ya dio un visto bueno preliminar al proyecto del gasoducto, pero solicitó más información, principalmente sobre el impacto social, que debiera presentarse dentro del próximo mes.
El consorcio TNG Participações de Petrobras, la estadounidense El Paso y el grupo brasileño de inversiones CS Participações construirán el gasoducto Porto Velho.
Los oleoductos a menudo son criticados porque abren nuevos senderos a través de bosques vírgenes, lo que a su vez fomenta la migración de población no planificada y actividades ilegales como la tala y la caza.
El coordinador regional de seguridad, medio ambiente y salud de Petrobras, Nelson Cabral de Carvalho, dijo que no hay posibilidad de que el oleoducto anime a nuevos inmigrantes a la región.
La empresa construiría un camino de unos 30m de ancho a lo largo del tramo de 530km del gasoducto, talando 1,800 hectáreas de bosque. Pero dos tercios de estas plantas serían reemplazadas después de que el oleoducto esté enterrado y todas las carreteras de acceso y puentes destruidos, dijo.
El ducto se enterrará a una profundidad de aproximadamente 1.5m, excepto cuando pase por debajo de los ríos, cuando se enterrará 6m por debajo del lecho del río, dijo.
Carvalho dijo que la otra alternativa que se ha sugerido, el transporte en barcazas, implica mucho más riesgo ambiental. Transportar volúmenes suficientes a Porto Velho requeriría 180 barcazas por día para subir y bajar por los ríos, mientras que transportar gas a Manaus requeriría otras 40 barcazas por día, lo que sería un gran riesgo ambiental, dijo.





