Semanas de violentas protestas en Ecuador han obligado al presidente a recortar los precios de los combustibles en un acuerdo con los líderes indígenas. Los enfrentamientos por los aumentos de los precios del combustible y el transporte han provocado al menos cuatro muertes y docenas más de heridos en las últimas dos semanas. La semana pasada se anunció el estado de emergencia con el ejército enviado a las calles para sofocar las manifestaciones.
Sin embargo, una delegación de 80 líderes indígenas acordó poner fin a las manifestaciones luego de firmar un acuerdo con el presidente Gustavo Noboa.
Noboa inicialmente rechazó las conversaciones.
Noboa, el cuarto presidente de la nación en otros tantos años, acordó limitar los precios de los combustibles para cocinar que son cruciales para las familias andinas pobres.
En el acuerdo firmado por Antonio Vargas, líder de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, el precio de la gasolina se reducirá a $ 1.60, frente a los $ 2 por tanque de 15 kg.
El precio de otros combustibles se congelará durante un año, a excepción de la (super) gasolina de grado superior.
Fue un compromiso para los líderes indios que habían pedido que se redujera el gas a 1.50 dólares y que las tarifas generales del combustible se mantuvieran sin cambios durante dos años.
Los precios del combustible se duplicaron
El presidente inicialmente rechazó las conversaciones, pero se echó atrás cuando los trabajadores de la industria petrolera, la salud pública y la educación amenazaron con unirse a los trabajadores y estudiantes en una huelga general el miércoles.
Sus protestas comenzaron el 29 de enero después de que el gobierno duplicara los precios internos del combustible y aumentara los costos del transporte público en un 75% gracias a las reformas respaldadas por el Fondo Monetario Internacional.
Durante más de una semana, unos 4,000 manifestantes acamparon en la Universidad Salesiana de Quito, la demostración de fuerza más visible en una protesta nacional.
Huelgas de hambre
Ruth Penafiel, de 34 años, líder de la comunidad amazónica, fue una de las 31 personas que se negaron a comer durante días, bebiendo solo refrescos y agua preparada con sales esenciales y azúcar.
“Solía haber miedo entre los manifestantes. Ahora no hay nada de eso ”, dijo el miércoles.
El año pasado hubo protestas similares por parte de grupos indígenas, apoyadas por algunos oficiales militares, que llevaron al derrocamiento del entonces presidente Jamil Mahuad.





